Remeras de la banda misma, de Los Piojos, hasta de Nirvana y Aerosmith. Un mar de jóvenes con toda la energía se reunía en el predio de Groove para celebrar el regreso de los santafesinos Cielo Razzo al suelo porteño. El propósito era la presentación de su último trabajo discográfico, Sideral. Y supieron hacer bailar a cientos de seguidores que se juntaron con ese pretexto, pero, que además, lo vivían como ritual.

Pablo de Cielo Razzo en su festejo Sideral en Groove. Foto: fotobita.
Abrazos cálidos, saltos, pogo, gritos, gargantas que ardían. Todo era alegría. Y la sensación trasmitida, de una familia que se conocía de toda una vida.
Pero, antes, estaban ellos, los chicos de Bigger, que anunciaban un show prometedor para ir calentando el ambiente y los ánimos. Un rock contundente y detonador pasó por Groove, no antes sin darse el lujo de tener como invitado al propio batero de Cielo Razzo, Javier Robledo.
Después llegó el gran momento; con un frontman gracioso y cercano a su gente, la banda salió al escenario. Arrancaron con “No Shopping”, “El Alfil” y “Luminoso”. Y, pronto se pudo ver un pogo que revolucionó al lugar de punta a punta. Era un campo de batalla, una revuelta de cabezas, pero no por la violencia, sino por la energía propia que emanaban los cuerpos que se movían desenfrenados ahí abajo. Era una fiesta propia, un ambiente de amistad impregnado por la música.
Es cierto, no hubo invitado alguno, ya lo anunciaba Pablo desde el micrófono. Pero, con una lista de temas inagotable, la banda quería satisfacer a sus seguidores.
Seguían “Viaducto”, “Algen”, “Monos”. El público se desesperaba. Pablo, arriba, agradecido. “Gracias por tanto cariño y tanto apoyo”, aclamaba el cantante.
Las chicas subidas a los hombros, coreando cada tema. El calor que sobraba, la banda que no paraba de tocar. “Calesita”, “Entre las 4 y las 6”, “Alma en tregua” y “Carne 2” fueron más de los temas que se sumaban a la fiesta.
Recogiendo banderas, haciendo chistes, y posando para las fotos. El frontman no paraba. Conversando con sus seguidores, a esos que parecía conocer muy bien. Mientras, ellos pedían temas desde abajo, entre canción y canción y los anunciaban como “la mejor banda del rock & roll”. Eran almas contentas, apuñadas, en un Groove repleto de gente.
“Luna”, “Televicio” y “Galope”. Más calor, más pogo, más fiesta. Pero, sí, la banda hizo un recreo. Y volvieron por más. “La gran ola”, “Posdata”, “Sin Salida” y “Caminando” fueron de los últimos. La fiesta se había terminado después de una ambiciosa lista de temas. El público agradecido, destellando felicidad, aguardando otra pronta visita de estos santafesinos que en este aniversario de dos décadas, demuestran que continúan demoliendo escenarios.


Javier Robledo de CR. Foto: fotobita
Más del trabajo de Fotobita: https://www.facebook.com/Fotobita